Proyecto Braquiterapia Prostática (Urología – Sanatorio Americano)

(Portugués pendiente de traducción) Con la aparición del Antigeno Prostatico Específico (PSA), y un grado de concientización cada vez mayor por parte de la población masculina con respecto a la problemática del cáncer de próstata, ayudados por las técnicas cada vez mas precisas de diagnóstico mediante la punción biopsia prostática con guía ecográfica, los urólogos nos encontramos hoy en día frente a pacientes cada vez mas jóvenes con diagnóstico de neoplasias prostáticas.

El diagnóstico precoz en este tipo de población pone de manifiesto tumores en estadios iniciales, órgano confinados en su gran mayoría, y teniendo en cuenta que dichos pacientes son aun laboral, social y sexualmente activos, nos plantea el gran desafió de brindarles un tratamiento curativo, que a su vez les permita reinsertarse rápidamente a su vida cotidiana, y que evite la morbilidad asociada al tratamiento quirúrgico radical, como la incontinencia de orina y la disfunción sexual eréctil.

Por lo antedicho, la BRAQUITERAPIA se impone, cada vez con mas prevalencia, como un tratamiento de elección en estos pacientes, debido a su baja morbilidad, rápida externación y recuperación post operatoria y sobre todo por su incidencia casi nula de secuelas como la incontinencia de orina y disfunción sexual eréctil antes mencionadas.

Técnicamente hablando la BRAQUITERAPIA deriva del prefijo “braqui”que significa “cercano”, es decir, terapia cercana.

La misma se realiza mediante el implante en el parénquima prostático de semillas de I 125 (yodo 125), por vía perineal, bajo guía ecográfica transrectal y con control radioscópico.

El implante se realiza habitualmente con el paciente bajo anestesia regional. El procedimiento dura 60 minutos aproximadamente, y el alta del paciente se da a las 24 hs, sin sonda.

Descripción de un procedimiento estándar

Ante todo, cabe recordar que este es un tratamiento para cáncer de próstata localizado, es decir tumores cuyo estadio no supere el T2 N0 M0.

Los mejores resultados se logran cuando se cumplen las siguientes condiciones:

  • PSA total de hasta 10 ng/ml.
  • Score de Gleason de la punción biopsia prostática < o = a 7.
  • Próstata de hasta 50 grs por ecografía y flujo máximo por flujometria mayor de 12 ml/segundo.

Con respecto a alteraciones en este último punto, y en los casos en que se cumplan todos los anteriores, tenemos opciones terapéuticas previas a la braquiterapia para solucionarlo. Estos son procedimientos tendientes a disminuir el volumen prostático y a mejorar el flujo urinario para evitar posibles retenciones de orina post braquiterapia, a saber:

  • Bloqueo hormonal con análogos LHRH durante 3 meses.
  • Resección transuretral de próstata (RTU) 1 mes antes del implante, teniendo en cuenta la preservación de los lóbulos apicales, que confieran mayor longitud de uretra funcionante a fin de preservar la continencia total de orina post tratamiento.

Una vez cumplimentados estos requisitos el primer paso es la realización de la medición prostática con ecografía transrectal, que le servirá al medico radioterapeuta junto al físico para la planificación de la distribución y dosificación de las semillas, que aseguren un mínimo de 160 Gy al 90% del parénquima prostático.

Dicha medición puede realizarse sin anestesia, o en casos de intolerancia al transductor transrectal, con sedación, siempre en forma ambulatoria.

Utilizamos para esta un ecógrafo marca B&D con un transductor transrectal de tipo axial, fijado a un stepper, con el fin de reproducir con precisión en el momento del implante la posición del paciente con respecto a la grilla de introducción, a los efectos de asegurar la correcta colocación de las semillas de acuerdo a lo planificado.

Para el implante de las semillas el paciente se interna el mismo día del procedimiento, con una cobertura antibiótica de 12 hs previas y preparación rectal.

Se coloca al paciente en posición de litotomía forzada, bajo anestesia general (o regional si esta no es conveniente), se coloca una sonda foley 18 fr y se llena la vejiga con contraste iodado. A continuación se introduce el transductor transrectal de tipo axial y se fija al stepper con la respectiva grilla, la cual coincide con la grilla dibujada en la pantalla del ecógrafo.

Una vez reproducida la posición con respecto a la medición previa, se proceden a colocar las semillas, las cuales se cargan en agujas especiales de introducción de 18 G, en número de 1 a 5, según la planificación.

Habitualmente se colocan entre 50 a 60 semillas en cada paciente y se utilizan de 20 a 25 agujas de introducción, todo esto dependiendo de cada planificación.

Tanto la introducción como el implante se monitorizan con ecografía y radioscopia, método que brinda mayor precisión comparado con métodos anteriores como la tomografía axial computada (TAC).

Finalizado el implante, se retira parcialmente la sonda y se constata que no hayan quedado semillas posicionadas en uretra o vejiga. Si esto ocurre se procede a retirar la o las semillas mediante cistoscopia y pinza de cuerpo extraño.

Una vez seguros se recoloca la sonda foley, se realiza una curación plana y se envía al paciente a sala de internación, con profilaxis antibiótica y alfa bloqueantes del tipo tamsulosina.

A las 24 hs. se retira la sonda foley, se espera la micción espontánea y se da el alta con antibioticoterapia por 48 hs y alfa bloqueantes.

La experiencia en el mercado plasmada desde el año 2002 con el producto Braquibac® de origen nacional nos permite aseverar que este procedimiento está caracterizado por su rapidez, baja morbilidad, ausencia de secuelas como incontinencia de orina y disfunción sexual eréctil, corta internación y convalecencia, pronta reinserción laboral y fundamentalmente un índice de curación cercano al 85% según la mayoría de las series.

Dr. Leonardo GALMARINI
Sanatorio Américano